Pryrios Vs Beto!!!
Bueno, acabo, más o menos, de leer los blogs de los amiguetes y gente conocida. Y me han interesado particularmente los de estos dos en sus informaciones recientes. El resto más o menos lo mismo de siempre, y si los queréis leer los tenéis en la barrita al lado de los artículos.
Daos prisa y leer los que corresponden más o menos con la fecha de este artículo.
Bueno, lo que he leído, mayormente son dos historias de amor, una de ellas ficticia totalmente (la de Beto) y otra por lo que parece bastante real (la del Pryrios).
Las historias de amores fracasados o lo que sean de Beto me parecen más centradas en un amor irreal en su totalidad pero literario (una mirada vale, un aleteo del lóbulo de la oreja tiene más mensajes que interpretaciones la biblia) y cosas así. Y mayormente acaban mal o con algo de moralejilla o algo de eso.
Yo las englobo en un género de "amor adolescentoide". Da igual la edad de los supuestos protagonistas, el amor es en plan primer amor y tal, de la ostia, es decir, existe la posibilidad de que los protas lleguen a un amor perfecto, supremo y eterno pero pasa algo y sacad los kleenex!
Es decir, un amor que no nos encontramos en el mundo real, o que no es duradero, o que nos creemos que el nuestro es así y luego la realidad golpea. Un amor de historia de leer vamos. Más o menos un amor como el de Marius y Cosette en Los Miserables, que eso si que es un libro de leer de los buenos, por cierto.
Pero esas historias de amores tristes nos llegan, porqué quien no ha sufrido por el amor? Pues todos joder, todos, y como nos pasa a nosotros en lo más profundo, nos creemos que es como una fosa del copón y todo eso y ay como me duele el alma, espera que escribo poesías.
El género femenino suele atraerse por esta clase de historias como polillas a la luz. Los tios también, pero no lo decimos en público, no vaya a ser.
La historia de Pryrios tiene la misma calidad literaria que una conversación telefónica, pero tiene algo que no tiene la del otro. Para empezar, sabes que es verdad. Es decir, yo me lo creo totalmente que se sienta como se siente. Y por eso me parece mejor, más sano, más de todo. Sabe de lo que habla, y aunque lo que cuenta es algo que todos conocemos por haber sentido/leído/visto, tiene cierta frescura intrínseca a la cara de panoli que debía tener cuando lo escribió. Eso es bueno. Es decir, lo lees y dices "este esta a lo que está". Naturalmente, cumple gran parte de lo que es el amor humano moderno, un claro y evidente sentimiento de inferioridad respecto a la mujer "ella ya lo sabía todo desde el principio"... bueno, en este caso puede ser porque el pryrios es un tanto tontuco el pobre, pero no creo que sea así siempre, declaraciones de amor que tienen la misma sonoridad que una mula tocando la pandereta "te quiero, pero mucho, de copon!" vamos, todo los clásicos que cuando te pasan la primera vez te crees que eres mágico y especial y luego con el tiempo te das cuenta de que no, que eso mismo ya lo han dicho/pensado otros. Lo cual a mi me parece bueno, me parecería algo horrible que me tocara a mí innovar en esto del amor. Madre mía que responsabilidad.
Pero el fondo de todo esto me parece que Beto y Pryrios son las dos caras de la misma moneda. Y ahora es cuando me pongo la barba blanca y vamos a la faceta del Tío Ayala (porque yo sé mucho de todo).
Beto habla de un amor, que sin saber nada de su vida privada actual, me atrevo a decir que escribe asi del amor (o de la falta de él) porque ha salido ostiado y la cosa está todavía y aspira al "lo que pudo ser o no ser". Vamos, un amor con un cierto fondo de amargura, de lluvia tormentosa que cae sobre la ciudad mientras el hombre intenta encontrar a la mujer mientras grita su nombre, pero el ruido de la lluvia tapa su voz y empaña sus lágrimas. Es decir, Beto ha amado o ha creído hacerlo (esto último la gente lo pone mucho, y yo digo, si yo me creo que estoy sintiendo algo... a lo mejor es porque sí lo siento, pero claro, ahora hay que poner que todo es posible) y todavía no ha aparecido un solecillo al fondo. Puede que intuya algo o que se sienta atraído por alguna palomilla (o palomillo, yo por si acaso cubro todas las posibilidades) y ahora este de humor otoñal.
Pryrios en cambio es lo contrario, es el feliz atontamiento estupidizante que hace que todos nos pongamos verdes de envidia y pensemos en cosas entrañables (las que sean para cada uno) y lo bonito que puede ser el mundo. El mismo dice muchas cosas, y su estado anímico en su blog es mayormente, el contrario de Beto. Mientras lo de Beto es el que he puesto más arriba el del Pryrios es un campo primaveral con alegres animalitos y muñequitos felices correteando por la pradera mientras el sol sonríe y las nubes bailan, vamos, algo enternecedor.
Pero si son la misma cara de la moneda es porque el uno estuvo en el lugar del otro. Para que (alla vamos, me voy a poner lirico profundo que eso aumenta el numero de feminas que leen estas cosas) Beto este en el otoño invernal con sus dias lluviosos, primero tuvo que tener lugar la hermosa primavera de Pryrios, que si floreció es porque antes había llovido.
No digo que con el tiempo vuelvan a intercambiar lugares (no creo que al Pryrios le hiciera gracia) pero sin duda, si que veo cierta relación entre ellos y espero no ser el único. Bueno, sé que no lo soy, aunque nadie me diga nada.
Podría extenderme más sobre este tema (del que dejado fuera deliberadamente a Norda la novia del Pryrios porque en esto no pintaba nada, pues eso) pero ya sería ponernos a dirimir sobre el sentido del amor y huy que complejo es eso... madre mía... la de cosas que se pueden decir, y todas seguidas.
A lo que vamos, yo creo que todos en algún momento nos hemos sentido como Beto y en otros como Pryrios, y eso, amigos mios, forma parte de la vida. Os lo digo yo, y más que yo, vuestra propia vida. Las cosas van y vienen y a veces hasta vuelven a venir, pero con abogados y te piden la casa y el coche y tu dices, si, pero mis vinilos de Europe me los quitarás de mis fríos dedos muertos.
Releyendo todo esto, creo que, para quitarle un poco de hierro al asunto, el quid de todo esto es que el pryrios aparca con la furgoneta en el almacén de la otra con regularidad y el Beto sigue repartiendo la mercancía a mano.
Bueno, después de esta metáfora que ya os digo, niños no uséis en casa, poco más queda por decir, excepto, que la gente semos así. Uno habla del amor, el otro también y siempre llega un listo y habla de los dos.
Daos prisa y leer los que corresponden más o menos con la fecha de este artículo.
Bueno, lo que he leído, mayormente son dos historias de amor, una de ellas ficticia totalmente (la de Beto) y otra por lo que parece bastante real (la del Pryrios).
Las historias de amores fracasados o lo que sean de Beto me parecen más centradas en un amor irreal en su totalidad pero literario (una mirada vale, un aleteo del lóbulo de la oreja tiene más mensajes que interpretaciones la biblia) y cosas así. Y mayormente acaban mal o con algo de moralejilla o algo de eso.
Yo las englobo en un género de "amor adolescentoide". Da igual la edad de los supuestos protagonistas, el amor es en plan primer amor y tal, de la ostia, es decir, existe la posibilidad de que los protas lleguen a un amor perfecto, supremo y eterno pero pasa algo y sacad los kleenex!
Es decir, un amor que no nos encontramos en el mundo real, o que no es duradero, o que nos creemos que el nuestro es así y luego la realidad golpea. Un amor de historia de leer vamos. Más o menos un amor como el de Marius y Cosette en Los Miserables, que eso si que es un libro de leer de los buenos, por cierto.
Pero esas historias de amores tristes nos llegan, porqué quien no ha sufrido por el amor? Pues todos joder, todos, y como nos pasa a nosotros en lo más profundo, nos creemos que es como una fosa del copón y todo eso y ay como me duele el alma, espera que escribo poesías.
El género femenino suele atraerse por esta clase de historias como polillas a la luz. Los tios también, pero no lo decimos en público, no vaya a ser.
La historia de Pryrios tiene la misma calidad literaria que una conversación telefónica, pero tiene algo que no tiene la del otro. Para empezar, sabes que es verdad. Es decir, yo me lo creo totalmente que se sienta como se siente. Y por eso me parece mejor, más sano, más de todo. Sabe de lo que habla, y aunque lo que cuenta es algo que todos conocemos por haber sentido/leído/visto, tiene cierta frescura intrínseca a la cara de panoli que debía tener cuando lo escribió. Eso es bueno. Es decir, lo lees y dices "este esta a lo que está". Naturalmente, cumple gran parte de lo que es el amor humano moderno, un claro y evidente sentimiento de inferioridad respecto a la mujer "ella ya lo sabía todo desde el principio"... bueno, en este caso puede ser porque el pryrios es un tanto tontuco el pobre, pero no creo que sea así siempre, declaraciones de amor que tienen la misma sonoridad que una mula tocando la pandereta "te quiero, pero mucho, de copon!" vamos, todo los clásicos que cuando te pasan la primera vez te crees que eres mágico y especial y luego con el tiempo te das cuenta de que no, que eso mismo ya lo han dicho/pensado otros. Lo cual a mi me parece bueno, me parecería algo horrible que me tocara a mí innovar en esto del amor. Madre mía que responsabilidad.
Pero el fondo de todo esto me parece que Beto y Pryrios son las dos caras de la misma moneda. Y ahora es cuando me pongo la barba blanca y vamos a la faceta del Tío Ayala (porque yo sé mucho de todo).
Beto habla de un amor, que sin saber nada de su vida privada actual, me atrevo a decir que escribe asi del amor (o de la falta de él) porque ha salido ostiado y la cosa está todavía y aspira al "lo que pudo ser o no ser". Vamos, un amor con un cierto fondo de amargura, de lluvia tormentosa que cae sobre la ciudad mientras el hombre intenta encontrar a la mujer mientras grita su nombre, pero el ruido de la lluvia tapa su voz y empaña sus lágrimas. Es decir, Beto ha amado o ha creído hacerlo (esto último la gente lo pone mucho, y yo digo, si yo me creo que estoy sintiendo algo... a lo mejor es porque sí lo siento, pero claro, ahora hay que poner que todo es posible) y todavía no ha aparecido un solecillo al fondo. Puede que intuya algo o que se sienta atraído por alguna palomilla (o palomillo, yo por si acaso cubro todas las posibilidades) y ahora este de humor otoñal.
Pryrios en cambio es lo contrario, es el feliz atontamiento estupidizante que hace que todos nos pongamos verdes de envidia y pensemos en cosas entrañables (las que sean para cada uno) y lo bonito que puede ser el mundo. El mismo dice muchas cosas, y su estado anímico en su blog es mayormente, el contrario de Beto. Mientras lo de Beto es el que he puesto más arriba el del Pryrios es un campo primaveral con alegres animalitos y muñequitos felices correteando por la pradera mientras el sol sonríe y las nubes bailan, vamos, algo enternecedor.
Pero si son la misma cara de la moneda es porque el uno estuvo en el lugar del otro. Para que (alla vamos, me voy a poner lirico profundo que eso aumenta el numero de feminas que leen estas cosas) Beto este en el otoño invernal con sus dias lluviosos, primero tuvo que tener lugar la hermosa primavera de Pryrios, que si floreció es porque antes había llovido.
No digo que con el tiempo vuelvan a intercambiar lugares (no creo que al Pryrios le hiciera gracia) pero sin duda, si que veo cierta relación entre ellos y espero no ser el único. Bueno, sé que no lo soy, aunque nadie me diga nada.
Podría extenderme más sobre este tema (del que dejado fuera deliberadamente a Norda la novia del Pryrios porque en esto no pintaba nada, pues eso) pero ya sería ponernos a dirimir sobre el sentido del amor y huy que complejo es eso... madre mía... la de cosas que se pueden decir, y todas seguidas.
A lo que vamos, yo creo que todos en algún momento nos hemos sentido como Beto y en otros como Pryrios, y eso, amigos mios, forma parte de la vida. Os lo digo yo, y más que yo, vuestra propia vida. Las cosas van y vienen y a veces hasta vuelven a venir, pero con abogados y te piden la casa y el coche y tu dices, si, pero mis vinilos de Europe me los quitarás de mis fríos dedos muertos.
Releyendo todo esto, creo que, para quitarle un poco de hierro al asunto, el quid de todo esto es que el pryrios aparca con la furgoneta en el almacén de la otra con regularidad y el Beto sigue repartiendo la mercancía a mano.
Bueno, después de esta metáfora que ya os digo, niños no uséis en casa, poco más queda por decir, excepto, que la gente semos así. Uno habla del amor, el otro también y siempre llega un listo y habla de los dos.
14 comentarios
Jigen -
Nakhyra -
\"Esto realmente ofusca\"------> 01/03/2005 13:44.(de Norda)
22/03/2006 22:05(mismamente mío) xD y luego me río yo de la tardanza de mi hermana...(yo al menos tengo excusa, no sabía de la exsistencia de este blog):P
Zalagath -
Qué poderío con la furgoneta! xDDDD.
Verzobias -
Y eso me demuestra que hasta las ostras, feas, llenas de algas y suciedad del fondo del mar, que parecen un pedrusco asqueroso, a veces guardan una perla dentro.
Eres un crack (y a veces haces crack, pero eso es otra cosa).
Pryrios -
Darok: Iba a decir algo, pero mejor no respondo por aquello que decía Earl de las gambas y de meter...
Darokin -
César -
Norda -
Cesar -
Pryrios -
Y si, toy feliz ;P
Y espero que no termine nunca, hala :D.
Norda -
voy con retraso
xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
Pryrios -
Norda -
Lo que tendras que explicar mejor es la "metefuera" de la furgoneta... que no se si es que es hora de comer y estoy espesa o realmente te ha quedado un tanto extraña.
Betote -
Y lo que me alegro por el kéndero, oyes...